martes, 3 de noviembre de 2009

LAS ERAS DE LOS DINOSAURIOS

Los dinosaurios han vivido durante tres períodos: el Triásico, Jurásico y Cretácico. Surgieron a mediados del Triásico y se extinguieron definitivamente a finales del Cretácico. En estos tres períodos vivieron muchas clases de dinosaurios, en total 33. Estos períodos formaron una era, la Era Mesozoica. Durante los tres períodos el clima era más cálido y húmedo que en nuestros días. No se llegaba a extremos de calor y frío, ni había grandes diferencias entre el verano y el invierno. Tampoco existían zonas del planta cubiertas de hielo y nieve, como en las actuales regiones polares.





EL TRIÁSICO

El significado de Triásico es por tri- que significa tres, que es por las tres capas de roca que se depositaron durante el período en la Tierra.

El período Triásico, que duró desde hace 245 hasta 208 millones de años, fue el primero de los tres períodos en que vivieron los dinosaurios. Se dividía en dos subperíodos: el inferior y el superior. El Triásico inferior duró desde hace 245 hasta 232 millones de años, y el Triásico superior desde 231, más o menos cuando aparecieron los dinosaurios, hasta los 208 millones.

Al principio del Triásico, nuevos animales llenaron aquel mundo vacío, después del impacto de la extinción masiva del final del Pérmico. En las orillas del agua saltaban las primeras ranas, y las tortugas nadaban en lagos y ríos. El mundo del Triásico comprendía un sólo supercontinente llamado Pangea, y los dinosaurios y los demás animales eran capaces de recorrer cualquier parte del mundo sobre tierra firme. El clima era cálido y húmedo. Junto a los ríos y lagos empezaron a crecer varios tipos de plantas, como los helechos, que se extendieron junto a los estanques. El clima fue mucho más seco en el interior, en el que había grandes extensiones desérticas, situadas en los cálidos trópicos, ideales para los reptiles.

Como quedaban tan pocas especies, el principio del Triásico fue una época de grandes cambios. Algunos reptiles mamiferoides sobrevivieron desde el Pérmico hasta el Triásico. Sin tanta competencia de otros herbívoros y sin grandes océanos que cruzar, éstos rondaban a sus anchas por Pangea. El grupo de estos reptiles más desarrollado, los cinodontos, dio origen, hace unos 215 millones de años, a los mamíferos. Estos eran pequeños animales parecidos a musarañas, que probablemente cazaban de noche, atrapando insectos y otros animales diminutos. Los mares del Triásico estaban muy concurridos. Los reptiles nadadores se impulsaban con las cuatro patas y capturaban peces con sus afilados dientes. Los ictiosaurios parecidos a delfines, nadaban en aguas poco profundas en todo el mundo en el Triásico. Otros reptiles, como los rincosaurios, prosperaron entre mediados y finales del período. Pero el grupo de más importancia de reptiles fue el de los arcosaurios, que tomaron la delantera. Incluían a los tecodontos, cocodrilos, dinosaurios y pterosaurios. Los tecodontos, los reptiles más importantes del Triásico, dieron origen a los demás arcosaurios. Uno de los primeros grupos de dinosaurios fue el de los sauristiquios.

También aparecieron a finales del período los ornistiquios. Eran pequeños y ágiles herbívoros. Uno de los dinosaurios más antiguos encontrados hasta ahora es el Eoraptor, que se incluye en un grupo aparte de dinosaurios, los herrerasáuridos. Los prosaurópodos dieron origen a los saurópodos, y otros carnívoros del tamaño de hombres cazaban a los pequeños animales. Al final de este período hubo otra extinción masiva, más pequeña, aunque acabó definitivamente con los reptiles mamiferoides, los tecodontos, los rincosaurios..., dejando así el escenario preparado a los dinosaurios, que empezaban su dominio de 165 millones de años en el planeta.

Durante este período aparecieron los primeros dinosaurios. Estos no tenían hierba sobre la que correr, ni manzanas que comer, ni rosas que oler. Las flores que animan hoy nuestros campos no existían entonces. Los primeros dinosaurios estaban rodeados por gran cantidad de exuberantes plantas verdes de otros tipos. Esto les favorecía porque muchos de ellos eran herbívoros y tenían un apetito desmesurado. A su vez, estos herbívoros eran devorados por animales carnívoros. Esta relación en la alimentación se llama cadena alimentaria o trófica. La vida de la tierra empezó en el mar, y en él vivían las primeras plantas, algas microscópicas. Entre las primeras plantas terreras se encontradas los musgos y las hepáticas.

Vivían en las orillas de las marismas hace 400 millones de años. Doscientos millones de años más tarde los dinosaurios se alimentaban de ellas. Los musgos y las hepáticas siguen entre nosotros. Sólo crecen en lugares húmedos. Pueden verse en las orillas de los ríos y de los lagos pantanosos, como en la Era de los Dinosaurios. Las hepáticas no tienen tallos ni raíces propiamente dichos, viven en lugares húmedos y presentan un tallo acintado o lobulado; algunos se diferencian en tallitos y hojas. Presentan cortos filamentos con cápsulas, minúsculos depósitos, en su extremo. encargadas de diseminar esporas, las células que se convertirán en nuevas plantas. Los musgos tienen cortos tallitos con hojitas; éstos, al ser blandos, no pueden alcanzar mucha altura. Sus rizoides, finos como cabellos, absorben agua. Como las hepáticas, sólo crecen en lugares húmedos. No han variado mucho desde entonces. Antes del período Triásico, la Tierra estaba cubierta de las plantas de que hemos hablado antes y de helechos gigantes.

Durante el Triásico, el clima, como ya hemos dicho, se hizo más seco; por lo que las plantas tuvieron que encontrar maneras de alcanzar las aguas profundas subterráneas. Y para hacerse más altas, en busca del sol, desarrollaron tallos rígidos y fuertes. Las primeras plantas con tallos rígidos y haces conductores fueron los equisetos y los licopodios. Los equisetos tienen anillos de finas hojas que se estrechas en el extremo. Los licopodios son como grandes musgos con gruesos tallos rígidos. Antes de los dinosaurios, estos plantas alcanzaban un tamaño gigantesco. Los helechos aparecieron en el período Devónico, hace más de 350 millones de años, y eran mucho más comunes que en la Era de los Dinosaurios. Los helechos tenían haces conductores para el transporte de agua en el interior de sus tallos rígidos, y hojas como dedos. Hoy sobreviven muchas especies. Al principio, los helechos vivían bajo el dosel umbrío de los gigantescos licopodios y equisetos. Los primeros dinosaurios devoraban los blandos brotes de su follaje con voracidad.

Los helechos se hicieron mucho más altos hasta alcanzar a veces los 30 metros de altura. Durante el período Triásico, sustituyeron progresivamente a muchos de los licopodios y equisetos gigantes de las épocas anteriores, más húmedas. El tronco leñoso de los helechos gigantes, que era en parte tallo y en parte raíz, se erguía recto y sin ramas. Las hojas se extendían desde la parte superior, formando una sombrilla de encaje, como una palmera.





EL JURÁSICO

El nombre se debe a las montañas Jura, la cordillera que divide Francia y Suiza. Se formó durante este período.

El Jurásico duró desde 208 hasta hace 145 millones de años. Se dividían en tres partes bastante diferenciadas; Jurásico inferior, el medio y el superior. El inferior duró desde 208 hasta hace 186 millones de años. El medio desde 186 hasta 164 millones de años. El superior desde 164 hasta hace 145 millones de años.

En el período Jurásico inferior, el mundo empezó a cambiar. Los continentes empezaron a separarse, y la tierra cambió; llovía más y la tierra se cubrió de verdor. Ésta fue la verdadera época del reinado de los dinosaurios. Los bosques del Jurásico temprano estaban poblados de una gran variedad de dinosaurios herbívoros. Vivieron muchos prosaurópodos, los primeros tireóforos, que son reptiles acorazados y bastantes Ornitópodos primitivos. Entre los carnívoros vivieron los primeros carnosaurios y muchos dinosaurios pequeños terópodos como celofísidos, celúridos...

En el período Jurásico medio el clima mundial se fue suavizando. La vegetación también se hizo más exuberante debido al aumento de las lluvias. Toda la tierra entonces estaba poblada por una gran variedad de dinosaurios y otros animales. Sapos lagartos y tortugas compartían el mundo de los dinosaurios en los ríos. Los primeros sapos verdaderos aparecieron a mediados del Jurásico, mientras que las tortugas y los lagartos habían evolucionado mucho antes. Hasta hace poco, lo único que se conocía de los dinosaurios del Jurásico medio correspondía a hallazgos dispersos realizados en Inglaterra, Francia e India. No obstante, algunos descubrimientos efectuados en China en los últimos años han venido a paliar esta laguna.

A pesar de que China está muy alejada de los yacimientos europeos, los dinosaurios eran bastante similares, ya que había una continuidad terrestre entre las dos regiones, y el clima era cálido en casi todo el mundo. No había círculos polares helados, ni existían cadenas montañosas, como los Alpes, los Urales, el Himalaya y las Rocosas. Hubo algunas especies más que en el Jurásico inferior. Los principales saurópodos eran los cetiosáuridos. Aparecieron los primeros tireóforos con placas. También hubo varios ornitópodos pequeños, como fabrosáuridos. También evolucionaron más los megalosáuridos, grandes reptiles carnívoros primitivos; y también hubo pequeños terópodos, principalmente celúridos y ovirraptores.

En el Jurásico superior, gran parte de nuestro planeta estaba cubierta de grandes selvas. Pero parte de los que hoy es Europa y América del Norte permanecía inundada por mares poco profundos. El clima era en general cálido y húmedo. Los dinosaurios de esta época comprenden desde pequeños y veloces depredadores que se alimentaban de reptiles, hasta gigantescos herbívoros que llegaban a pesar hasta 110 toneladas. Otros animales característicos son los mamíferos con aspecto de rata, las tortugas de agua dulce, los cocodrilos y los pterosaurios del tamaño de palomas, de cola larga y dientes afilados para atrapar peces. Entre los dinosaurios carnívoros estuvieron algunos carnívoros pequeños, los cuales cada vez eran menos comunes, los primeros ornitomímidos, las primeras aves y los primeros dromeosáuridos.

Los mayores carnívoros fueron los últimos megalosáuridos, los cuales fueron los más peligrosos del grupo. Los herbívoros eran razas más variadas, hubo pequeños Ornitópodos avanzados, de los cuales evolucionaron los primeros iguanodontes. Los estegosáuridos, reptiles con placas, se hicieron más comunes y de este mismo infraorden, los tireóforos, aparecieron los nodosáuridos. De los saurópodos evolucionaron hasta convertirse en los mayores animales que han existido, pero el mayor vivió a principios del período siguiente.

Imagina un nutrido rebaño de grandes dinosaurios herbívoros, vagando por la campiña. Una y otra vez se detenían a mordisquear las plantas más jugosas. ¿Cuáles eran esas plantas? Durante el período Jurásico, a mediados de la Era de los Dinosaurios, el clima se volvió cálido y húmedo. Los mares invadieron gran parte de la tierra firme, que se cubrió de una tupida alfombra de musgos y helechos. Los equisetos y helechos gigantes formaban densos bosques. En esta época, las plantas empezaron a producir por primera vez polen y semillas, que les ayudaban a reproducirse mejor. Antes, las células masculinas de las plantas tenían que nadar en el agua hasta las células femeninas como minúsculos renacuajos.

Un grano de polen contiene una célula masculina en un diminuto envoltorio impermeable. Como una mota de polvo, puede recorrer muchos kilómetros. Finalmente, las células delas plantas pudieron viajar por tierra, lo que les ofrecía más oportunidades de reproducirse. Una semilla es un embrión de planta con su propio almacén de alimento. Si llega al lugar adecuado, una semilla puede empezar la vida con buen pie y crecer a base de suministro de alimento. Las esporas, células reproductoras, de las plantas primitivas más simples no eran así.

Las primeras plantas con semillas fueron las gimnospermas o semillas desnudas. Aparecieron inmediatamente antes de los dinosaurios, e incluían las cicadáceas, los ginkgos y las coníferas. Algunas plantas con semillas florecieron a principios de la Era de los Dinosaurios, mientras que estos animales se multiplicaban y las devoraban. Muchas tenían hojas semejantes a los helechos, otros tenían hojas con aspecto de cabellos. Se extinguieron antes de que los dinosaurios desaparecieron. Las cicadáceas tuvieron mucho éxito durante toda la Era de los Dinosaurios. Se parecían a palmeras. Tenían un tallo como el tronco de un árbol y grandes hojas similares a las de los helechos, que se extendían en abanico en su parte superior.

El polen pasaba volando de una cicadácea a otra, y sus semillas crecían en grandes piñas. Aún sobreviven algunas cicadáceas. En los bosques del Jurásico crecían decenas de tipos distintos de ginkgo. Hoy sólo sobrevive una especie, casi exactamente igual a sus parientes históricos. Este fósil viviente se llama ginkgo, y tiene hojas en forma de abanico que brotan de ramitas laterales rechonchos, situadas a lo largo de las ramas principales. Si te colocas bajo un ginkgo, puedes imaginas que has vuelto a la Era de los Dinosaurios. Se dice a menudo que los dinosaurios dominaron la tierra durante el período Jurásico. Quizá fueran los animales dominantes, pero otro grupo reinaba en el mundo vegetal, las coníferas. Las coníferas son árboles con piñas.

Las que conocemos hoy son pinos abetos, alerces, y otros muchos tipos. Evolucionaron a partir de árboles relacionados con los ginkgos, hace unos 300 millones de años. Durante el período Jurásico se extendían por el horizonte inmensos bosques de pinos, tejos y araucarias, que proporcionaban alimento y refugio a incontables animales. Se han encontrado algunos dinosaurios fósiles en cuyos estómagos había afiladas hojas en forma de agua, como las de las coníferas. ¿Puedes imaginar un interminable almuerzo a base de agujas de pino? las gigantescas secuoyas también son coníferas. Se trata de los mayores seres vivos que ha habido jamas sobre la tierra; alcanzan hasta 100 metros de altura y sus troncos pueden medir más de 10 metros de circunferencia. Hoy sólo crecen en el oeste de Norteamérica. Se han encontrado fósiles de árboles similares en rocas del Jurásico, de modo que los dinosaurios debieron de caminar entre ellos. Los tejos tienen hojas en forma de aguja, pero no dan piñas. su polen se desarrolla en amentos o inflorescencias, y sus semillas creen en blandos cálices de color escarlata. Los árboles como estos que vemos actualmente tienten hasta 3.000 años.

Los fósiles muestran que los tejos crecían en abundancia en los bosques del Jurásico. La sustancia dorada y vítrea llamada ámbar es resina fosilizada. se trata de la materia pegajosa que exuda un árbol cuando su corteza se resquebraja. Cuando te haces un corte en la piel, te sale sangre, después se coagula y forma una costra que bloquea la herida. La resina hace lo mismo con los árboles. Las coníferas se distinguen por su producción de resina. Un dinosaurio quizá mordiera la corteza de un pino. La resina brotaría y formaría una gota pegajosa, que se fosilizó y se convirtió en ámbar. Este último contiene a veces fósiles de insectos atrapados hace millones de años. La próxima vez que pases por una zona boscosa, busca cicadáceas, ginkgos y coníferas. Ya existían en la época de los dinosaurios.





EL CRETÁCICO

El nombre Cretácico procede de la palabra latina creta, que significa tiza. Las capas de tiza y esquisto de esta época se amontonaron sobre el lecho de los mares.

El Cretácico duro desde hace 145 hasta 66 millones de años. Se dividía en dos partes, inferior y superior. El inferior desde 145 hasta 98 millones de años. El superior desde 98 hasta 66 millones de años.

En el Cretácico inferior los herbívoros llegaron a ser los dinosaurios más importantes. Vivieron más especies de dinosaurios que en ninguna otra época. Aunque había muchos herbívoros, no faltaban los fieros carnívoros, aunque fueron bastante pocos. Entre los carnívoros estuvieron los ornitomímidos avanzados, los primeros dromeosáuridos, y algún carnosaurio. Entre los herbívoros vivió el más grande dinosaurio, que era saurópodo. Hubo también los saurópodos diplodócidos y al final del Cretácico temprano aparecieron los saurópodos titanosáurido. También al principio de este período hubo algunos braquiosáuridos. Entre los tireóforos hubo nodosáuridos y los estegosáuridos. Al final de esta parte de período los estegosáuridos estaban por desaparecer, para ser reemplazados por los primeros anquilosáuridos.

Ente los Ornitópodos vivieron los hipsilofodóntidos y aparecieron los iguanodóntidos, mientras que al final de esta parte de período se extinguieron y aparecieron los primeros hadrosáuridos y paquicefalosáuridos. En otra especie de dinosaurios totalmente distinta, aparecieron los ceratopsios, dinosaurios con cuernos. Al final del Cretácico inferior aparecieron los antecesores de los ceratopsios, los psitacosáuridos.

El Cretácico superior fue una época de grandes cambios. Los continentes que hoy conocemos adquirían progresivamente su forma actual. Las estaciones empezaban a ser como las actuales. Durante esta época el mayor cambio fue la aparición de las flores. Las plantas arbustivas habían echado raíces por primera vez hacía más de 300 millones de años. A principios del Cretácico las plantas comunes crecían por todas partes, añadiendo pinceladas de verde al paisaje de la prehistoria. A finales del período Cretácico aparecieron los esbeltos pinos perennes. Surgieron los árboles que mudas sus hojas, junto con higueras, palmeras y el árbol del pan, que ahora crecen sólo en las zonas cálidas del planeta.

Las serpientes aparecieron en el Cretácico tardío. Evolucionaron a partir de un animal del Cretácico temprano llamado Pachyrhachis, que tenía cuerpo de serpiente y cabeza de lagartija. La mayoría de las serpientes se despreocupan de sus huevos o de sus crías, salvo en el caso de la hembra de la pitón, que enrosca delicadamente su cuerpo sobre los huevos para incubarlos.

Los dinosaurios se extinguieron al final de este período con sorprendente rapidez. Algunos científicos creen que un meteorito gigantesco se estrelló contra la Tierra con tanta fuerza que se volatizó, formando nubes de polvo y vapor, hasta el punto de oscurecer el cielo durante meses e incluso años. Los dinosaurios quedaron atrapados en mortíferos ventisqueros. Los mamíferos, protegidos por sus pieles, sobrevivieron y acabaron dominando el mundo. Las pruebas que tenemos es un gran agujero en el Mar Caribe y en la tierra una capa de materiales del meteorito. En este período los dinosaurios más comunes eran los hadrosaurios avanzados con crestas en la cabeza. Mientras estos herbívoros eran muy comunes los hipsilofodóntidos acabaron por desaparecer.

Los paquicefalosáuridos vivieron durante toda esta parte de período. Entre los ceratopsios se extinguieron los psitacosáuridos para ser reemplazados por los protoceratópsidos y los ceratópsidos, los dos grupos muy comunes. Los protoceratópsidos se extinguieron y los ceratópsidos llegaron a vivir hasta el final del período. Entre los tireóforos había anquilosáuridos, nodosáuridos y de los estegosáuridos en este período sólo hubo uno. Entre los carnívoros hubo ornitomímidos parecidos a avestruces y los últimos dromeosáuridos, segnosáuridos y Troodóntidos, que aparecieron en este período, y por último los peligrosos tiranosáuridos, grandes carnívoros que llegaban a medir 15 metros de largo.

A principios de la Era de los Dinosaurios, el suelo estaba cubierto de musgos y helechos, equisetos y licopodios, en lugar de matorrales. Al inicio del Cretácico, los mares cubrían gran parte de la tierra. Los dinosaurios siguieron evolucionando, al igual que las plantas que los alimentaban. Hasta este momento, las plantas habían sido marrones y verdes. A los altos helechos gigantes y a las cicadáceas parecidas a palmeras se unieron los primeros árboles verdaderos; coníferas como pinos, cipreses y tejos, a los que siguieron más coníferas como alerces, abetos y cedros.

Durante el Cretácico se produjo un enorme cambio: aparecieron las flores. Pronto el mundo verde se cubrió de vivos amarillos, rojos y azules que nunca se habían visto anteriormente. Algunos de los fósiles más antiguos con plantas con flores son hojas de magnolias muy similares a las que aún viven. Alcanzan más de 30 metros de altura, tienen hojas relucientes y grandes y hermosas flores. En Europa crecen en parques y jardines, pero durante el Cretácico, Europa era más cálida y las magnolias crecían silvestres en todo el continente. Hoy existen más de 250.000 especies de plantas con flores, tres veces más que todos los demás tipos de plantas juntos. Su nombre científico es angiospermas. Incluyen todas las flores de jardín, las silvestres y las hierbas, desde la orquídea hasta el diente de león, así como el césped, las hierbas aromáticas y las palmeras. Todos son arbustos y árboles con flores son angiospermas, desde el roble hasta el cerezo, de la magnolia a la caoba y del manzano al albaricoquero.

Las plantas con flores se llaman angiospermas, que significa semillas cubiertas. Una planta con flores protege las semillas en desarrollo en el interior de la flor, y más tarde dentro de envolturas o frutos. El otro grupo importante de plantas con semillas, las coníferas, se llaman gimnospermas, o semillas desnudas. Las semillas crecen dentro de una piña. Los primeros fósiles de plantas con flores muestran flores perfectamente desarrolladas. No hay fósiles que representen un eslabón con las plantas sin flores.

Entonces, ¿de dónde proceden las plantas con flores? Las plantas llamadas cycadeoidales pueden ser las antepasadas de las flores. Estas plantas se parecen a las cicadáceas y tienen partes masculina y femenina en la misma piña. Los científicos creen que algunas pudieron evolucionar hasta convertirse en flores en colinas altas, donde es difícil que se formen fósiles. El nenúfar tiene una flor simple que quizá se parezca mucho a las primeras flores. Sus sépalos y pétalos están dispuestos en espiral alrededor del extremo del tallo. Forman un esquema de hojas jóvenes en un capullo. Muchos fósiles son los restos de partes duras, como los dientes y huesos de los animales o la corteza y el tronco de los árboles. Los delicados pétalos de las flores raramente se convierten en fósiles.

Las pistas sobre plantas primitivas que se han encontrado, son las duras nerviaciones de sus hojas, que sí se fosilizan bien. Los abedules eran corrientes durante el Cretácico. Se han encontrado fósiles de sus hojas redondas y dentadas, muy similares a las de los abedules actuales. También crecían altos álamos. Cuando aparecieron las plantas con flores, fueron necesarias nuevas maneras de transportar el polen de una flor a otra. El viento era una posibilidad. Los minúsculos y ligeros granos de polen podían mantener en el aire durante varios kilómetros. Muchas plantas siguen siendo polinizadas hoy por el viento. Los insectos también ayudan a la polinización. Las flores tienen vistosos pétalos para atraerlos y néctar dulce para alimentarlos. Mientras los insectos sorben el néctar, el polen se adhiere a su cuerpo.

Los insectos transportan este polen a otras flores. La magnolia, una de las más primitivas, sigue dependiendo de los escarabajos, moscas, mariposas y abejas para que transporten su polen. A principio del Cretácico, el paisaje nos habría parecido poco familiar. Estaba compuesto principalmente por coníferas, helechos, musgos y cicadáceas. Hacia el final de este período, el escenario había cambiado considerablemente.

Nueve décimas partes de los bosques estaban compuestos por plantas con flores. Incluso mientras se extinguían los dinosaurios, las plantas con flores iban prosperando.

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